Tiger Tail

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te dejo esto, por si te sirve:

Hay hormigas en mi cama
buscando tu aroma seco.
Hay cientos de medusas en mis sábanas
y en la diáspora de tu pelo.
Siempre queda algo perdurable en lo fugaz,
en la mirada cómplice del abismo.
Un fetichismo tras otro
para recordar quienes somos.
Envolvernos y sudarnos,
rastros de pieles e infancias,
indagaciones de inquebrantable pálpito.

Entonces, un tiento de prohibiciones
para que los placeres tengan algo de triste,
de decadencia pacificada.
Y tiembla la sombra bajo las luces moribundas.
Oscilantes medusas retorcidas,
todas sois vestigios de melancolías.
Y cuando brilla la lluvia en la baranda
con los primeros rallos de luz,
y despiertas amapólico y enmarañado,
tomas el mate de la mañana,
y en la boca este sabor.
Ese aliento inconmensurable
de pérdidas y reencuentros.

Queda aquel baño de sombra y sobremesa
en la calle de los girasoles ciclópeos,
con el agua prófuga de la fuente sedienta.
Un pajarito errante circunvalaba patios y terrazas,
y las hojas secas que empezaban a desprenderse,
siempre, al desamparo del recuerdo.
Y otros otoños y primaveras,
otras corrientes y cenagales;
y en las abejas mareadas, siempre medusas,
en los senos de Malena, medusas,
en el mate lavado, medusas,
en los tejados derretidos, siempre medusas,
medusas y medusas...